Amigas y amigos:
Nos encontramos a través de estas líneas, ustedes leyendo, yo escribiendo, y todos pensando, en este momento histórico para el País, en el que una epidemia está azolando a nuestra sociedad Mexicana, por un virus muy potente que está en el ambiente y que no podemos erradicar rápidamente, por muy modernos que seamos ahora, y que tengamos más preparación que en otras épocas y con otras epidemias. Ésta nos ha acorralado, y nos tiene confinados, llenos de miedo, y tratando de que nos dañe lo menos posible. Nos llena de pánico saber que a mujeres y hombres fuertes, jóvenes, entre los 20 y 50años, han sido afectados hasta la muerte. Parece que no han servido ni los gimnasios, ni la juventud, ni las vitaminas, ni la hermosura, ni nada, el virus llega y aniquila.
Pero, por otro lado, nos hace pensar, como sociedad y como personas, en qué tan cuidadosos somos en nuestra salud. Hace un par de años, se nos avisó de la fiebre Aviar, que pegó en el continente asiático, llegó a alguna región de África, en Rusia, Europa, pero, el continente americano sólo fue espectador…vimos, supimos, nos alarmamos un poco, pero, como que no nos lo tomamos muy en serio. Y ahora nos tocó a nosotros, y nos ha puesto en situación crítica. ¿Habíamos prevenido algo? ¿En nuestras granjas se hizo alguna acción preventiva o sólo se hicieron correcciones momentáneas? Sabemos que en algunos de nuestros pueblos y ciudades hay gallineros, y puercos, en las azoteas. O que hay rastros clandestinos en algunas partes del País, sin nada de higiene. O que hay alimentos o sustancias que son prohibidos en algunas partes del mundo por tóxicos, o de no buena calidad, y que sin embargo llegan a nuestro País, sin ningún miramiento por parte de las autoridades. ¿Será que los mexicanos nos sentimos muy fuertes? O ¿Será que no nos fijamos y no exigimos, a las autoridades corruptas que permiten esto?
Y bueno, podemos ir bajando la responsabilidad de autoridades a ciudadanos, y preguntarnos cómo nos cuidamos. Hay algunos datos alarmantes que aparecen, que se denuncian, que se emiten a la población para alertarla, pero, como que no les hacemos caso, como que suenan a “inocentes”, a no importantes, a datos curiosos, a anécdotas, pero, no llegan a concientizarnos, y entonces para mover nuestra conciencia como que es necesaria “una epidemia”.
Por ejemplo: En el periódico “EL Universal” el 9 de Enero del 2009 apareció una nota que es por demás alarmante, pero, en nuestro diario correr por lo urgente, que es comer, ganar, trabajar, lo dejamos inocentemente pasar: “Los Mexicanos producimos 180 mil toneladas de basura electrónica al año, entre computadoras, celulares y equipos de sonido. Este peso equivale a 45 elefantes”. Ahí está el aviso, ¿Qué se hará con todo eso? ¿Hasta que nos venga una epidemia electrónica nos preocuparemos? O seguiremos cantando ¡“45 elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña”…! Son temas importantes que podríamos sacar a colación por lo menos en pláticas y hacer conciencia, que nos lleve a preguntar, indagar, cuestionar a las autoridades al respecto, y no dejar pasar hasta que nos explote la bomba. ¿O usted qué sugiere?
En otro ejemplo, un poco más curioso, aparecido en “información de www.muyinteresante.es: “Cada persona se traga en promedio 430 insectos por accidente al año” y esto claro sin contar con los que usted pida en la alta cocina de algunos restaurantes, como escamoles, chapulines, gusanos de maguey, ancas de rana etc. Y bueno, si inocentemente no tenemos cuidado y tenemos la boca siempre abierta, pues, aumentará el número.
O cuando nos llegan algunos correos avisándonos sobre algún peligro o descubrimiento, como el del “brasier” en las mujeres, y la necesidad que tienen estas glándulas, de no estar apretadas, constreñidas, sino ventiladas, y libres, para no provocar cáncer mamario que tiene un índice muy alto en nuestra sociedad ¿Nos sirve de algo? ¿Nos crean la curiosidad al menos, de indagar científicamente qué hay de cierto en ello, y qué cuidados tener? Corre por ahí otro correo haciéndonos saber la utilidad del Vick VapoRub en el alivio de la tos de los niños, y la del Agua Oxigenada, como un gran desinfectante, hecho a un lado por los laboratorios, por no producirles grandes ganancias, ya que es un producto poco sofisticado y muy barato. ¿Nos sirve para cuidarnos? ¿Los experimentamos? ¿Preguntamos?¿Usamos?
O hay algunas noticias interesantes de lo nuevo, de lo que se produce para mejorar y cuidar el medio ambiente y nuestra salud, que sin embargo parece que no nos entusiasman, ni les aplaudimos, ni pasamos la voz, ni preguntamos sobre su efectividad, y como que no nos interesan. Por ejemplo, lo de las nuevas bolsas en supermercados, ecológicas, que no dañen el medio, o aumenten el número de kilómetros en los océanos, que abarca ya la mancha de basura y bolsas de plástico flotantes. O todos los productos que ha lanzado la moda verde, para no dañar, y explotar más la naturaleza, hoy hablamos ya hasta de calzones que la marca inglesa “Eco Budoir” diseñó como un producto más de su lencería natural, hechos de seda y fibras de bambú y madera.
Amigos, se trata de nuestra salud, y es urgente que salgamos de este “inocente descuido” en el que habitualmente vivimos, sin cuidar, prevenir, usar, experimentar, exigir, aplaudir, todo lo que tenga que ver con esto, con nuestra salud, con nosotros mismos.
Ojalá, esta epidemia sirva para despertarnos de un letargo mortal al que nos puede llevar nuestra “inocente” manera de vivir. Si esto sucede, será el verdadero milagro que se nos conceda por las oraciones que ahora elevamos con premura, ya que como decía Martin Luther King: “Dios que nos ha dado la inteligencia para pensar y el cuerpo para trabajar, traicionaría su propio propósito si nos permitiese obtener por la plegaria, lo que podemos ganar con el trabajo y la inteligencia”.
¿O no lo creen también así, ustedes, amigos?
Con un fuerte abrazo: Juan Ignacio
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