domingo, 19 de julio de 2009

Las cuatro actitudes básicas que mueven la ley de la atracción

Hoy nos situamos ante el ser humano contemporáneo, como si nos situáramos ante un ser de nueva aparición, sin darnos cuenta que este ser, viene siendo fruto de una larga evolución o involución, y que es más resultado que novedad.
Por eso, cuando nos fijamos atentamente en la historia, descubrimos que hay un común denominador para este sujeto que creemos único en el universo, que en esencia sigue siendo el mismo, y con características comunes al humano de la primera aparición.
Entonces cuando decimos que la historia debiera ser la gran maestra, apelamos a ese común denominador, que ya deberíamos conocer, usar y dominar los humanos, que en este momento de la historia arrastramos millones de años, de compartir lo mismo.



Y nos referimos aquí, a las cuatro actitudes claves que dan la posibilidad de que sucedan las grandes cosas, los milagros, las transformaciones, los adelantos, “las posibilidades”.
Pareciera que la película de “el secreto” que ha dado por ahí la vuelta al mundo, nos ha lanzado a ver el poder de la mente, por la ley de la atracción, pero, no ha profundizado más en la necesidad de trabajar sobre las cuatro actitudes básicas que permitan que suceda eso.
Y es que se necesita para comprender más todo esto, leer la vida de los grandes de la historia, de las que podemos sacar sus enseñanzas, o como en este caso que hablamos, la clave, para que también a nosotros se nos dé la posibilidad.
¿Quién de nosotros no ha visto en la vida de todos los grandes y positivos seres humanos para la humanidad, no sólo famosos, la actitud de la Humildad? Es ésta la primera clave.
Pero, además, hemos visto “el servicio”. De ahí la frase: Quien no vive para servir, no sirve para vivir. Y esta es la segunda clave.
Y los hemos visto, “proactivos”, no reactivos, no quejumbrosos, no atrás de los acontecimientos, sino provocándolos…haciendo que sucedan. Tercera clave.
Y como cuarta clave, los hemos visto “llenos de fe”.
Humildad, servicio, proactividad, y fe, abren la posibilidad de los milagros, de los cambios, de que sucedan las cosas que queremos. ¿Acaso no leemos esto desde hace muchísimos años, en la narración evangélica del centurión que fue a pedir por su siervo que estaba enfermo? Él el centurión romano, fue hasta donde estaba Jesús, y no ha pedir por él, sino por un siervo suyo, y le dijo al Señor, no vayas, bastará una palabra tuya para que se cumpla. Y el mismo Jesús admiró la fe de aquel hombre.
Y lo seguimos viendo en todos los que han logrado algo bueno para el mundo.
De ahí entonces la invitación a que nos fijemos en estas conductas para que las hagamos actitudes, y con ellas, podamos entonces abrir la caja fuerte de las posibilidades buenas, de que nos sucedan también a nosotros, por las leyes de la atracción, por el poder del ahora, pero, más que nada, por la disposición a ser humanos con los humanos, que es donde se conecta la energía total.
Todo vemos hoy, menos humildad, servicio, proactividad y fe. Más bien hay educación al poder, a pagar, u obligar para que nos sirvan, a la flojera, y a la actitud de queja, victimismo, y culpabilización, y una falta de fe hasta de nosotros mismos. ¿Cómo podemos entonces querer que sucedan los grandes cambios, los milagros, la influencia buena, y el oponernos al arrastre cultural?
Y esto amigos, no lo dan ni los partidos políticos, ni la propaganda, ni los cambios de poder, esto sólo si lo cultivamos en nosotros se dará, y entonces sí vendrán los grandes cambios que necesitamos, pedimos, y tenemos que lograr nosotros mismos.
¡Feliz mes de elecciones, y feliz mes de trabajo nuestro!

Juan Ignacio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario