Cuando era pequeño aprendí, por los comentarios de mis maestros y otros adultos, que algunas personas eran más inteligentes que otras. Escuchaba con frecuencia: “ese es un tipo listo, es muy inteligente, sirve para estudiar, tiene tres o cuatro carreras…” Hoy he cambiado muchas formas de pensar, pero en concreto tengo otra visión de las personas inteligentes.
Ahora pienso que cada persona tiene todas las posibilidades del universo para ser feliz, para emprender una actividad, para realizar trabajos y para crear. No es que piense que todos los seres humanos podemos hacer todo en todos los momentos, no creo que seamos todopoderosos, ni omnipresentes. Pero sí creo que cada uno podemos hacer, sentir, pensar y trascender en dimensiones mucho mayores que las que estamos acostumbrados.
A mí me gusta el esquema de que nuestro ser está dotado de CUATRO INTELIGENCIAS básicas, y que a partir de ellas se pueden construir muchas más y desarrollar infinidad de proyectos. Estas cuatro son. CORPORAL, MENTAL, EMOCIONAL y ESPIRITUAL.
Ahora pienso que cada persona tiene todas las posibilidades del universo para ser feliz, para emprender una actividad, para realizar trabajos y para crear. No es que piense que todos los seres humanos podemos hacer todo en todos los momentos, no creo que seamos todopoderosos, ni omnipresentes. Pero sí creo que cada uno podemos hacer, sentir, pensar y trascender en dimensiones mucho mayores que las que estamos acostumbrados.
A mí me gusta el esquema de que nuestro ser está dotado de CUATRO INTELIGENCIAS básicas, y que a partir de ellas se pueden construir muchas más y desarrollar infinidad de proyectos. Estas cuatro son. CORPORAL, MENTAL, EMOCIONAL y ESPIRITUAL.

El CUERPO, tiene su propia inteligencia, podemos aprender cada día a percibir las sensaciones corporales como el frío el calor, el hambre, la sed, el sueño, el dolor, etc. Por ejemplo cuando alguien nos hace una caricia, tenemos una respuesta corporal diferente que cuando nos hace la misma caricia otra persona. Somos más perceptivos de ciertos olores en nuestra cultura y otras personas, de otras culturas gustan de sabores diferentes que nosotros. La inteligencia del cuerpo nos avisa de la enfermedad y del bienestar, nos va dando la pauta para lo que debemos comer, y lo que tenemos que evitar para que el cuerpo que es el instrumento de comunicación de las otras inteligencias, esté siempre listo.
Nuestro CEREBRO, siempre está conectado, no se puede parar, siempre emitiendo pensamientos, mandando señales al cuerpo, recordando historias del pasado y haciendo planes para el futuro. Es una maravilla esta inteligencia mental que ocupa el cerebro como si fuera en Hardware de una computadora, y le instala infinidad de softwares como programas destinados a vivir, crear y mejorar. Claro que la inteligencia mental va a consistir en que aprendamos constantemente a utilizar estos procesos mentales para nuestro bien y el de los demás, no para destruir sino para construir, y no nos enredemos en culpas a través del recuerdo del pasado, ni en preocupaciones a través del futuro que nos agobia. Ser personas inteligentes mentalmente, implica que aprendamos a utilizar todos estos recursos para el desarrollo.
El cerebro emocional, representado por el CORAZÓN, nos lleva a vivir con pasión, a desarrollar cada vez más las habilidades para las relaciones sociales, familiares y personales. Las emociones son como los caballos que jalan nuestra carreta, son la fuerza interior que nos conduce a realizar proyectos con pasión. Por ejemplo un joven enamorado es capaz de grandes sacrificios por estar con la persona amada. Un enamorado de la justicia y la paz social, es capaz de dar su vida por salvar la de otros. Un apasionado por los libros es capaz de renunciar a diversiones mundanas con tal de tener más conocimiento. Ser inteligente emocionalmente nos llevará a adquirir cada vez más habilidades sociales, las cuales nos conducirán a relaciones sanas. También el corazón tiene sus riesgos, un apasionado por el sexo sin control, puede destruir su vida y la de otros cercanos, por buscar sensaciones nuevas que afectivamente le den satisfacción inmediata, sin pensar en que las otras personas también sienten
La inteligencia del ESPÍRITU, es la esencial, es la que nos caracteriza específicamente, es decir es lo que los humanos poseemos como algo muy propio y por cierto, poco desarrollado. No hay que confundir espiritualidad con religiosidad, el espíritu es la fuerza interior que nos lleva a vivir, que nos da sentido de existencia, que nos impulsa a servir, a practicar valores, a entregarnos por los demás, a darnos tiempo para el interior. La buena religión impulsará este espíritu libre y creativo, la mala religión meterá miedos y prejuicios al espíritu. Sin esta inteligencia desarrollada, las demás pierden fuerza. Si la inteligencia del espíritu se empobrece, la inteligencia de la mente puede enfocarse a la destrucción de los otros, creando estrategias de guerra y poder, el cuerpo tenderá al consumo y al hedonismo y las emociones desarrollarán relaciones dependientes y enfermas.
Reconocernos como seres que desarrollan sus cuatro inteligencias básicas y comprometernos disciplinadamente con que dicho desarrollo sea constante es la tarea que nos ocupa a jóvenes y viejos. Es también esta conciencia y compromiso lo que nos impulsará cada día a ser mejores personas, y es lo que te deseo y me deseo de manera que cuando tú y yo coincidamos en un encuentro nos podamos reconocer, porque estaremos construyendo un mundo en el cual cualquiera deseará vivir.
¡FELIZ VIAJE!
Espero tus comentarios
Con mi cariño.
José Luis
Gracias por seguir en contacto:
http://www.dordesa.com/ joseluis@dordesa.com
Nuestro CEREBRO, siempre está conectado, no se puede parar, siempre emitiendo pensamientos, mandando señales al cuerpo, recordando historias del pasado y haciendo planes para el futuro. Es una maravilla esta inteligencia mental que ocupa el cerebro como si fuera en Hardware de una computadora, y le instala infinidad de softwares como programas destinados a vivir, crear y mejorar. Claro que la inteligencia mental va a consistir en que aprendamos constantemente a utilizar estos procesos mentales para nuestro bien y el de los demás, no para destruir sino para construir, y no nos enredemos en culpas a través del recuerdo del pasado, ni en preocupaciones a través del futuro que nos agobia. Ser personas inteligentes mentalmente, implica que aprendamos a utilizar todos estos recursos para el desarrollo.
El cerebro emocional, representado por el CORAZÓN, nos lleva a vivir con pasión, a desarrollar cada vez más las habilidades para las relaciones sociales, familiares y personales. Las emociones son como los caballos que jalan nuestra carreta, son la fuerza interior que nos conduce a realizar proyectos con pasión. Por ejemplo un joven enamorado es capaz de grandes sacrificios por estar con la persona amada. Un enamorado de la justicia y la paz social, es capaz de dar su vida por salvar la de otros. Un apasionado por los libros es capaz de renunciar a diversiones mundanas con tal de tener más conocimiento. Ser inteligente emocionalmente nos llevará a adquirir cada vez más habilidades sociales, las cuales nos conducirán a relaciones sanas. También el corazón tiene sus riesgos, un apasionado por el sexo sin control, puede destruir su vida y la de otros cercanos, por buscar sensaciones nuevas que afectivamente le den satisfacción inmediata, sin pensar en que las otras personas también sienten
La inteligencia del ESPÍRITU, es la esencial, es la que nos caracteriza específicamente, es decir es lo que los humanos poseemos como algo muy propio y por cierto, poco desarrollado. No hay que confundir espiritualidad con religiosidad, el espíritu es la fuerza interior que nos lleva a vivir, que nos da sentido de existencia, que nos impulsa a servir, a practicar valores, a entregarnos por los demás, a darnos tiempo para el interior. La buena religión impulsará este espíritu libre y creativo, la mala religión meterá miedos y prejuicios al espíritu. Sin esta inteligencia desarrollada, las demás pierden fuerza. Si la inteligencia del espíritu se empobrece, la inteligencia de la mente puede enfocarse a la destrucción de los otros, creando estrategias de guerra y poder, el cuerpo tenderá al consumo y al hedonismo y las emociones desarrollarán relaciones dependientes y enfermas.
Reconocernos como seres que desarrollan sus cuatro inteligencias básicas y comprometernos disciplinadamente con que dicho desarrollo sea constante es la tarea que nos ocupa a jóvenes y viejos. Es también esta conciencia y compromiso lo que nos impulsará cada día a ser mejores personas, y es lo que te deseo y me deseo de manera que cuando tú y yo coincidamos en un encuentro nos podamos reconocer, porque estaremos construyendo un mundo en el cual cualquiera deseará vivir.
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