lunes, 11 de enero de 2010

La vida en pareja

Hay que ser parejos, decimos con frecuencia, cuando queremos recalcar que en un equipo todos tenemos que tener una carga de trabajo equilibrada y que nadie tiene que tener privilegios, sino que todos ponemos lo mejor que tenemos y recibimos lo que nos corresponde. A eso le llamamos “jalar parejo”.




En mi experiencia personal, el equipo más difícil de mantener equilibrado es precisamente LA PAREJA. Suena paradójico puesto que es un equipo muy pequeño, sólo son dos, entonces pareciera que ponerse de acuerdo es muy fácil, sólo dos opiniones, sólo dos ideas, dos posturas, dos… Si lo comparamos con un equipo de futbol que juegan once de cada lado, o con un equipo de trabajo que suelen ser grandes, o con cualquier equipo, podemos decir que es un equipo tan pequeño que rápidamente se pueden poner de acuerdo.

Sin embargo, las estadísticas dicen que en México la mitad de parejas que se casan por primera vez, acaban en divorcio y en otros países como en Estados Unidos nueve de cada diez. Esto nos hace ver que no es muy fácil vivir en pareja y que por lo tanto hay que aprender a vivir en ella, si así lo decidimos.

Arriba decía que la pareja es el equipo, en mi opinión más difícil. Por ello, creo que es el que más enriquece. En mi propia carne, experimento que quien más me ha ayudado a desarrollarme y a crecer significativamente es Iliana, mi pareja. Y creo que la clave está en esta mezcla entre lo difícil y lo enriquecedor. Una pareja te confronta, te cuestiona, te pone constantemente el espejo, con ella no puedes disimular toda la vida, vives, comes, duermes con ella, pasas aventuras interesantes y momentos desquiciantes, con ella compartes las enfermedades de los hijos y las alegrías que estos te dan a cada momento, ante ella te desnudas, te conoce tus recovecos, sabe de tus inquietudes y de tus sombras. Toda esta vivencia con una sola persona hace que constantemente te vayas puliendo. Claro que cuando no se entiende de este modo en lugar de ir creciendo vamos comenzando con luchas de poder y con EGOS cada vez más refinados y se da la ironía y el cinismo y las parejas acaban por destruirse mutuamente.

“Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño, y cada vez más yo y cada vez más tu y cada vez más rotos. Y cada vez más yo, y cada vez más tú, sin rastro de nosotros”. Es tu trozo de canción que canta Joaquín Sabina, definiendo la pareja. Pienso que si no queremos caer en estos juegos destructivos, hay muchas cosas que podemos hacer para fortalecer nuestra vida de pareja.

En mi opinión hay algunos tips que nos pueden ayudar a hacer nuestras parejas vivas y funcionales:

1. CONOCERME Y DARME A CONOCER:
a. Meditación, contemplación, oración.
b. Lecturas apropiadas.
c. Expresarle lo que siento con naturalidad y lo que pienso con claridad.
d. Ejercicios, cursos, talleres, lecturas… en común.


2. CONOCERLA Y RETROALIMENTARLA:
a. Escucha activa (verbal y no verbal). Escuchar lo que el otro dice y lo que calla.
b. Preguntar constantemente sobre su vida, gustos, trabajo, hobbies, creencias, estilos, personalidad, familia…
c. Expresarle de buena forma lo que pienso de sus maneras de ser, pensar, sentir y actuar.

3. ACEPTARME Y ACEPTARLA:
a. Aceptar que mi vida, mis sentimientos, mis acciones, mi familia, mis estilos… son míos y no justificar que me los impusieron o me obligaron a tenerlos.
b. Aceptar que mi pareja es como es, no intentar cambiarla, ser ASERTIVO en la forma de comunicarme.
c. No juzgar a la persona, sí expresar acuerdos y desacuerdos con la conducta.


4. AMARME Y AMARLA:
a. HACER cosas para mi desarrollo, su desarrollo y NUESTRO desarrollo.
b. Por ejemplo leer juntos, escuchar o ver programas formativos juntos, salir juntos, hacer planes juntos.
c. Hacer proyectos formativos concretos que vayan desarrollando las cuatro inteligencias.
d. Descubrir lo que le gusta al otro y favorecerlo.
e. Buenos tratos, reconocimiento constante.
f. Expresiones que demuestren amor, caricias, sexualidad creativa, detalles…
g. Orar juntos, tener un proceso espiritual compartido.

Creo que si estos cuatro puntos los tenemos constantemente presentes en la vida de pareja, podemos funcionar mucho mejor.

También a los jóvenes que quieren comenzar a ser pareja, les puede venir muy bien comenzar a llenar su casa interior de cosas útiles. Me refiero que así como pensamos en una cama un refrigerador y una tele, pensemos en llenarnos de encuentro, aceptación, lecturas, comunicación, asertividad y otras herramientas útiles para crecer.

En concreto es centrarnos con la pareja más en EL SER, que en el HACER o el TENER.

Suerte en este entretenido camino de perfección y crecimiento.

Con mi cariño.

José Luis

Gracias por seguir en contacto:

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