Queridos lectores:
Es sorprendente cómo la tecnología nos va rebasando, y cómo los creadores humanos podemos sorprendernos de lo mismo que se ha creado, y pueden los artefactos, volverse un espejo de nosotros mismos. De hecho las llamamos “máquinas inteligentes” por estar diseñadas de alguna forma a nuestra imagen y semejanza.
Me llamó la atención que la firma china Huawei que busca descollar en el liderazgo de las Smartphone, invierta más de 11,000 mil millones de dólares en la investigación y desarrollo de teléfonos como el “Mate 10 Pro”, que se convertirá en el primer celular capaz de aprender los hábitos de su dueño a través de modelos de inteligencia artificial y aprendizaje profundo.
Cuando a nivel relacional entre los humanos nos es difícil lograr el hábito de la “autocrítica” que nos haga capaces de conocernos, para mejorarnos, antes de volcarnos sobre los otros en una proyección fatídica, donde lo malo nuestro es aventado al otro, y nuestra mente se entretiene culpando, y viendo la paja en el ojo ajeno, para no ver la viga en el nuestro. Ahora una máquina podrá hacernos de espejo, y hacernos conscientes de nuestros hábitos, y tal vez más delante de nuestras actitudes, y comportamientos.
Esta falta de autocrítica nos ha llevado a los humanos a cometer gravísimos crímenes, muertes, campos de concentración, cruzadas contra los “malos” que desde luego son los “otros”, y toda serie de espejismos, donde aquellos son los culpables y nosotros las blancas palomas.
A nivel matrimonial se vuelve el “pan nuestro de cada día” en las discusiones y pleitos de pareja, donde tenemos que argumentar todo lo que podemos en contra del otro, o de la otra, con tal de nosotros salir bien librados en la discusión, y ganar para nuestra causa. Ganar sí, pero, ni conocernos, ni aceptarnos, ni amarnos como somos, y menos crecer, y disponernos a trabajar sobre nosotros mismos para corregirnos.
Ya la Décima Musa decía aquello de “hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis”. Y pareciera que nos asusta vernos a nosotros mismos, y lograr nuestra propia identidad. Y nos pasa ahora a nivel mundial con los días dedicados a resaltar algo que es necesario no se pierda como valor, para no deshumanizarnos, como el diez de Mayo, donde se ha tomado la costumbre de los regalos a las mamás, el consumismo, la fiesta para no vernos, la algarabía, pero, no la toma de conciencia de valorizar la maternidad, del cuidado y responsabilidad que se debe tener en el nacimiento de un bebé, cuando hay lugares con una taza muy alta de muertes en el parto, o de secuelas por mala atención en los nacimientos, o maternidades a los once y doce años de vida. Eso pareciera que es mejor no verlo.
Vernos como humanos y aprender de nosotros mismos es la clave. Por algo en los frontispicios de las universidades griegas estaba escrito: “Conócete a ti mismo”. Conocernos, aceptarnos y amarnos corrigiendo lo que debemos para crecer, es la clave de nuestro desarrollo como seres humanos.
Y si hoy la tecnología nos puede ayudar a tomar conciencia de nosotros mismos, bienvenida sea ¿No cree usted?
JUAN IGNACIO
sábado, 31 de marzo de 2018
Suscribirse a:
Entradas (Atom)