Siete días de la semana, setenta veces siete, las siete leyes espirituales del éxito, etc. Parece que en muchas culturas el siete es el número que refleja la perfección, la totalidad, el círculo que se completa. Hay estudiosos del ser humano, que dicen que somos ciclos de siete años y que cada siete años, cambian todas las células de nuestro cuerpo, que constantemente se están renovando.
Cumplimos otros siete años de estar enredados (es decir en RED) a través de este medio, nosotros escribimos, ustedes leen y así estamos en contacto. Es muy grato para mí encontrar personas que me dicen: -Leí tu artículo en la revista de Amelia…, y hacen un comentario al respecto. Así que mi primera reflexión de este número va sobre la palabra GRACIAS. Porque gratitud es lo que siento al saber que tú lees, abres tus oídos, mente y corazón, a lo que yo escribo, en base a la experiencia diaria y al encuentro con otras muchas personas, que me brindan esa misma oportunidad, en el consultorio, en cursos, conferencias, talleres y otros encuentros.
Pienso que los ciclos nos dan la oportunidad, de mirar al espejo del tiempo y descubrir qué ha hecho en nosotros, lo que nosotros hemos hecho. Aunque parece un juego de palabras, lo que pretendo decir es que cada uno hace muchas cosas a lo largo de su vida, y que es importante darnos cuenta de nuestro propio proceso de desarrollo. Yo soy padre de tres hijos y cada día hago mi labor de chofer, proveedor, acompañante, regañador, controlador, manifestador de amor, etc. La pregunta que me hago es ¿Esto que ahora estoy haciendo, qué hace en mí? Y si hoy me siento más cercano, amoroso y paciente, más feliz que hace tiempo, puedo decir que eso que hago me está construyendo; de lo contrario, si me percibo más pasivo y frustrado, con menos esperanza y un poco más de amargura, entonces concluyo que lo que hago, me va consumiendo sin sentido.
Para mí escribir, significa poner en palabras lo que soy, lo que vivo y lo que creo. Hoy me siento más fluido y auténtico; escribir me hace reflexionar y mirar en mi interior para descubrir, si mi reflexión escrita coincide con mis anhelos y sueños, y si estos se materializan en mi comportamiento. Es por esto que lo que comparto contigo en cada número es experiencial y lo que pretendo al hacerlo es que se confronte tu experiencia con la mía para generar energía de transformación. Hoy puedo decir que haber escrito mes a mes, durante estos siete años me ha construido positivamente.
Creo firmemente en el amor, y que éste es una gran fuerza energética que transforma hacia lo positivo. Desde ahí, todo lo que podamos hacer por transparentar ese amor, por mostrarlo a los demás de forma visible y audible, por externarlo de tal modo que convenza, todo eso que hacemos merece la pena. No imagino una vida agitada y ocupada al cien por ciento en algo que no sirva para el crecimiento y el desarrollo, por ello me siento contento de hacer lo que hago. Te invito a que tú hagas lo que haces con esa mirada del amor, con el deseo de transformar los ambientes en espacios agradables donde fluya lo mejor de cada uno. Esta tarea de ser portador del amor a los demás en tu escuela, centro de trabajo, familia, grupo social o país, es lo que hace que un lunes te levantes temprano y con ganas de vivir.
Gracias por leer, por compartir y por poner tu mejor versión, al servicio de los que coinciden contigo en algún espacio.
Con mi cariño de siempre: José Luis
joseluis@dordesa.com www.dordesa.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario