domingo, 9 de noviembre de 2014

¿Y LOS HIJOS? ¡BIEN, GRACIAS!

Es Común en esta época. Común no significa bueno ni malo, sino que se da con mucha frecuencia. El amor y desamor siempre ha sido un tema; nuestros padres discutían, peleaban, incluso dejaban de hablarse por muchos días, aunque nosotros no nos enterábamos.

Hoy nos enteramos más, la sociedad ha ido cambiando su visión y su estilo de vida. Ahora la pareja se arma y desarma con más facilidad. Muchas son las causas de los actuales problemas de pareja y del tipo de soluciones que les damos, el asunto es que está demostrado por estadísticas que al menos la mitad de las parejas que se juntan, se casan por lo civil o por la iglesia, se unen libremente…, con el pasar de los años se separan o se divorcian. Sabemos también por la experiencia terapéutica que muchas de las que viven juntas tienen serios problemas de comunicación o viven una farsa.


La mentalidad de hace unas décadas era el aguante, la disciplina estoica, el salvar a como diera lugar la estructura familiar. Hoy la mentalidad de mucha gente, sobre todo de los 40 para abajo no es así. Para muchos la lucha y la disciplina no son buenos aliados, otros ante los problemas que implica la vida en común, la crianza de los hijos y la dosis de esfuerzo que requiere resolver el día a día, desisten y prefieren caminos fáciles; también están los que con conciencia clara y esfuerzo, siendo honestos consigo mismos, deciden romper vínculos que los están destruyendo o que les frenan su crecimiento. Y podemos decir que hay una gama entre los que luchan y se disciplinan y los que buscan simplemente el camino fácil, que da una gran variedad de motivos y situaciones que llevan a la ruptura de las parejas.

La pregunta de hoy es: ¿Y los hijos? ¿Qué pasa con ellos? Porque la mayoría de los padres decimos que no queremos lastimarlos, que no queremos hacerles daño, que tenemos que ser muy civilizados a la hora de las separaciones para que ellos no salgan perdiendo. A pesar de los esfuerzos, al menos verbales de los padres, con frecuencia reciben las peores partes de un lado y del otro.

Pienso que es hora de tomar conciencia, de pensar antes de engendrar un hijo, en la capacidad que tenemos como pareja de resolver conflictos, de dialogar, de esforzarnos y disciplinarnos para lo que implica la educación. Los hijos sienten, ellos viven sus etapas, su momento y a veces los padres en conflicto, olvidamos que ellos ven, sienten, escuchan, opinan y tienen los problemas y situaciones propias de su edad y condición.

Escucho muchas veces en terapia adolescentes dolidos, dañados, con problemas académicos y disciplinares en las escuelas, con malas decisiones a la hora de elegir pareja, con conductas de riesgo frecuentes, cuyo origen está en la deficiente relación de los padres, sea una relación que esté vigente o que haya caducado.

Por ello creo que los adultos tenemos un gran papel y responsabilidad en la educación de las nuevas generaciones a través de nuestro propio compromiso de crecimiento personal y maduración de la vida de pareja. Y que no se nos olvide que no basta con el deseo de “que no sufran con nuestra decisión”, sino que hay que hacer todo el esfuerzo posible para que los conflictos se resuelvan y que en las decisiones, pesen más los beneficios que las pérdidas.

Con mi cariño de siempre:

JOSÉ LUIS
joseluis@dordesa.com

1 comentario:

  1. Buenos Días Sr. Jóse Luis
    Me llamo Dulce Martínez León tengo 21 años de edad, la Sra. Virginia me recomendó sus terapias, me gustaría concertar una cita con usted para tomar terapias primeramente de pareja y si es necesario familiar. tengo un hijo de 5 años y una nenita de 9 meces. y estamos en una situación muy compleja por falta de comunicación y demás que me urge mejorar. si pudiera mandarme una dirección o teléfono para contactar le agradecería, yo le dejo mi correo electrónico y numero esperando su respuesta de antemano muchas gracias correo: lina78465@gmail.com cel. 442-408-0238

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