viernes, 2 de diciembre de 2011
Taller: La Decisión de Perdonar y Vivir con Propósito
jueves, 17 de noviembre de 2011
MISIÓN CUMPLIDA
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domingo, 25 de septiembre de 2011
¿EDUCAR PARA EL DESENCANTO?
miércoles, 31 de agosto de 2011
EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE, ES UN LIBRO
Allá en Aguas Calientes, después de un taller dado a los maestros de un prestigiado colegio de esa ciudad, y de una sabrosa comida de trabajo, en “Las Gambas” (Donde me enteré que así se les dice en España a los camarones), restaurante famoso lugareño, pude pasear por las calles del centro de esa ciudad, en una tarde sin prisas, sin pacientes en espera, sin proyectos en la computadora, sin cursos, porque aunque sí los hay, pude darles un lugar de espera…
Mientras mi compadre saludaba a un familiar, yo, ahí, caminando entre los transeúntes, mirándolos, dándome el tiempo para entrar en las iglesias, admirando cuadros, vitrales, como el mural de la Virgen del Rosario dándoselo a Santo Domingo, enlazándolo a él, en Europa, y a los Dominicos de América, separados por el mar, donde el pintor aprovechó un vitral trasero de la iglesia por donde efectivamente entra al atardecer un mar, pero de luz, haciendo supongo yo, el juego con lo que quiso el pintor, del caudal de gracias que se reciben con ello.
Y caminando caminando, me topé con unos lugares de “venta de libros usados”, y me introduje en uno de ellos. Y ahí estaba el librero, pasando libros de un lugar a otro, con su característica estampa: Estatura media, lentes gruesos, polvo en el cabello haciéndole ver más canas, ojos risueños, y voz acogedora para el que entrara, acomedido a dar la bienvenida. Y esa estampa y el saludo, me invitó a seguir el encuentro, bromeando, inquiriendo… ¿Un negocio de venta y compra de libros usados, se imagina usted? ¿Negocio? ¿En una época en que luchamos para que la gente lea? ¿Vive usted de esto, es negocio? ¿Tiene usted hijos que alimentar? ¿No lo ha despedido su esposa? Y me desbordé con preguntas que provocaran respuestas, como si fueran manos restregándome los ojos para abrirlos y ver algo más que un sueño, era Don Quijote con su Dulcinea…
Mire usted, me dijo, leí mucho desde niño, y desde los catorce años me he metido en esto, sí, tengo tres hijos, ya jóvenes, estudiaron, ahora trabajan, dos casados, la jovencita en Guadalajara, mi esposa se dedica al hogar, éste es mi hobbie, y ahora entre esto y mi pensión, vivimos bien.
Y en serio lo vi bien, lo vi alegre, lo vi vivo, alejado de la ambición, apasionado por sus quehaceres. Yo me senté, pasmado, a escucharlo. Y entonces, como un amante que aprovecha toda ocasión, sacó unas hojas, y me invitó a escuchar algo de sus escritos, y empezó por un poema titulado “Libro de segunda mano”:
El silencio de las palabras
Dormidas, cansadas,
Esperando ser despertadas,
En el alba de otras manos…
Y siguió desgranando la poesía, un bello poema, declaración de amor a lo que hacía:
Yo amo los libros de segunda mano
Porque son en mi vida compañeros de viaje
En muchas jornadas, ni soledad ni desengaño
Porque el libro en la mano
Es amigo fiel que no engaña…
Lo seguí escuchando, leía con entonación, acompañando la voz con la mano, seguido de sus gestos faciales, como en una danza, porque había ritmo, verdad y pasión.
¿No es esto, acaso, lo que necesitamos para vivir: Ritmo, Verdad y Pasión?
Habían llegado por mí, me despedí entusiasmado, asistí a un milagro, en este tiempo de narcos, crímenes, dinero, carreras, presiones, engaños, intereses, ante mí, un hombre enamorado.
Caminé y manejé, pero, sigue en mi recuerdo el encuentro con este Quijote vivo, que a sus años, sigue con su amor, sigue creyendo en lo que hace, sigue metido en lo esencialmente humano.
Y en los estrechos pasillos de su vieja librería, como si fuera un gran foro, ante la mirada de miles de viejos sabios, almacenados, había recibido yo, un espectáculo maravilloso de humanismo. Más allá de los factores económicos y sociales, del qué dirán y cuánto ganas, un ser humano, erudito, apasionado, sirviendo al desarrollo humano, cabalgando en la poesía, sonriente, con donaire, locura y utopía.
Con un fuerte abrazo: JUAN IGNACIO.
domingo, 24 de julio de 2011
Julio, un mes muy importante
Amigos, hoy los saludo, y quiero al escribir y leernos, hacer notar la importancia del mes de Julio, no porque los demás meses no la tengan, pues al contrario, la mayoría de ellos son tan importantes que ya están etiquetados con algún festejo, o día dedicado a algo sobresaliente, y del cual se hace comercio, desde luego. Pero, resulta que Julio, cae hacia la segunda mitad del año, cuando hay vacaciones escolares, y donde se sale, se pasea, y el tiempo, las efemérides, y los deberes quedan un poco en el olvido.
Pero, precisamente por eso, es importante este mes, porque al salir de una rutina diaria, nos hace encontrarnos con esas partes que nosotros mismos hemos limitado por dar prioridad a otras que nos parecen del interés inmediato, dejándolas para cuando haya tiempo, y cuando hay tiempo, o sea ahora, en vacaciones, se nos olvida, o nos resulta difícil, por el miedo o la pereza retomarlas.
Hoy me refiero concretamente, a “las amistades, a las verdaderas”, no a las que nos lleva a encontrarnos el diario convivir, o a encararlas por el salón de clases, o que llamamos así, aunque sean más bien compañeros, camaradas, o conocidos.
Hay un día en el mes de Febrero que celebra la importancia de la amistad y el amor, pero, todo el resto del año, nos queda para realizarla, para ejercitarnos en esa amistad, para cultivarla. Y eso es lo que no hacemos, y entonces poco a poco, nos vamos encontrando en un mundo pletórico de gente, con más de cinco mil millones de desconocidos sobre la tierra, con quienes tal vez nos atrevemos a escribir por el correo electrónico, pero, con quienes no nos atrevemos a vernos cara a cara, a platicarnos, a dar y recibir. Hoy más que nunca somos una “multitud solitaria de seres humanos”, y esto con todas sus consecuencias.
Y es que si queremos cambiar nuestra cultura, o sea, esto que cultivamos y que nos ha dado por resultado aislamientos enfermizos, encerramientos patológicos, incomunicación, quien dijera en esta época, y depresiones al por mayor, o el temor a todo, la desconfianza entre todos, el desinterés por el de al lado, el desconocimiento del vecino, y al rato el susto de quiénes nos rodeaban. Pues, entonces tenemos que ya no hacer lo mismo, si queremos distintos resultados.
Y esto es precisamente lo que necesitamos, y a lo que hay que dedicarle tiempo, ya que, la verdadera amistad requiere de tiempo, para expresar nuestros sentimientos, y para recibir los del otro, para tejer con humildad, la necesidad y dependencia mutuas, para llenar las horas de nuestra existencia, cargándolas de sentido, de compañía, de confianza y buen humor, de salud y alegría.
“Aprender a recibir amistad nos puede conducir a un verdadero dar”. En general tenemos miedo de que la gente nos conozca y encuentre algo que les disguste y nos rechace. Hay quien su única manera de dar es haciendo favores, buenas gentes, pero, desconocidos. Con una gran barrera en la verdad sobre ellos mismos, su realidad, y por tanto sin poder dar paso a un acercamiento verdadero, a una intimidad, o a un verdadero encuentro. Hay que aprovechar este mes, estas vacaciones, para enseñar a los hijos a visitar a las amistades, a dedicarles tiempo, a recibirlas, a provocar el encuentro profundo, a saborear el estar juntos, el quitar barreras para tener en la vida verdaderas amistades. Pero, esto hay que planearlo, hay que educarlo, hay que realizarlo como parte de la aventura vacacional. ¡Aprovechemos Julio, un mes para lo profundo!
Con mi cariño: JUAN IGNACIO.
viernes, 8 de julio de 2011
lunes, 4 de julio de 2011
La herencia que recibimos de nuestros padres (segunda parte)
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Continuando con la reflexión del mes pasado y motivado en esta ocasión por todas las personas que quieren aprovechar al máximo sus recursos y no gastar más energía en entender los porqués de los acontecimientos sino más bien en descubrir los paraqués de cada una de nuestras acciones, veremos otros puntos que también forman este bagaje de experiencia que hemos llamado herencia.
LOS CONOCIMIENTOS
Nuestra sociedad ha establecido sistemas educativos, en ellos desde la más tierna edad las niñas y niños acuden a la guardería, el kínder o la primaria. Los primeros años de vida según la psicología son fundamentales para la formación de la personalidad, por lo tanto lo que recibimos en nuestra infancia por medio de nuestros maestros, los ambientes escolares y las relaciones que ahí mantuvimos, influyen significativamente en la vida que de adultos llevamos, en nuestra conducta, actitud y desempeño.
Dado que es tan importante la educación será bueno reflexionar sobre la herencia que de ella recibimos. Las monedas que acumulamos en forma de conocimiento académico y la experiencia relacional durante los años escolares se han convertido en la edad adulta en resultados y posiblemente en formas y estilos, algunos repetitivos o compulsivos y otros liberadores.
Cuestionamiento:
- ¿Cuáles son los recuerdos más fuertes que tengo de mi época escolar?
- ¿Qué pienso al respecto de lo que recibí, de cómo lo recibí, del ambiente?
- ¿Cómo he capitalizado mis conocimientos y experiencias escolares?
- ¿Qué es lo que más me ha servido en la vida práctica de lo que aprendí en mi vida estudiantil?
EL FRUTO DE MI TRABAJO
También tenemos en nuestro costalito de monedas los resultados de nuestra vida productiva. Sea cambiando pañales y haciendo de comer, o en la industria alimentando la línea de producción, ordenando papeles en una oficina o cortando el pasto en un jardín, nuestro hacer siempre es útil para algo o para alguien y lo laboral es un pilar importante en nuestra propia valoración (autoestima), el medio para obtener los bienes materiales que necesitamos y el sentido de utilidad tan necesario para nuestra felicidad.
En el caso de que ahora seas estudiante de tiempo completo puedes valorar tu esfuerzo y productividad en función de la entrega y el empeño en el aprendizaje significativo.
Lo que hemos hecho hasta ahora es también parte importante de nuestra herencia.
Cuestionamiento:
- ¿Me siento útil? ¿Para quienes?
- ¿Lo que hago hoy me satisface? ¿Lo hago con gusto?
- ¿Qué es lo mejor de mi vida laboral y productiva?
- ¿Para qué le sirve al mundo lo que yo hago?
LAS RELACIONES SOCIALES
El otro elemento importante que suele dejar huella, es el mundo de las relaciones, los amigos, la vida social, los grupos de pertenencia, etc. A través de ellos hemos construido nuestra propia red social, hemos compartido diversión e intimidad, servicio y expansión, momentos buenos y malos amores y desamores, algunos amigos sin duda son más significativos que los propios familiares y otros han pasado por nuestra vida dejando huella, sin importar la distancia los estilos o la vida personal.
Cuestionamiento:
- ¿Cuál es el saldo actual de mi cuenta de banco relacional?
- ¿Soy buen amigo? ¿Tengo buenos amigos?
- ¿Qué situaciones concretas de mi vida social me han ayudado en momentos importantes o difíciles?
Como podemos comprobar a través de estos cuestionamientos, la herencia que tenemos en nuestro haber es muy basta, y de nosotros depende usarla bien, aceptarla o rechazarla, administrarla o despilfarrarla. Lo que está claros es que el paquete viene completo.
Espero tus comentarios.
Con mi cariño de siempre.
martes, 14 de junio de 2011
¡DÍA DEL PADRE Y PATERNIDAD!
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Pero, entonces vale la pena que profundicemos un poco en esto que celebramos, porque a decir verdad y con toda la oleada de ataques a la familia, al matrimonio, a la vida, que estamos teniendo, la desorientación aumenta. Como con la película recién, “La Otra Familia”, donde haciendo gala de los metalenguajes, para atraer al público, y usando el esquema de antagonismos, donde todos los heterosexuales son malos, depravados, infieles, etc. y los pocos que no lo son, son pobres de dinero y cultura, por lo que terminan aceptando como mejor que la vida de un niño en juego, se vaya a la otra cancha, donde los homosexuales son los bellos, buenos, ricos y normales, y donde el público sale casi aceptando y mentalizándose no por lo humano, sino por la emergencia, que es mejor. Igualmente nos ha pasado con los condones, anticonceptivos, infidelidades, droga, mordida, corrupción, politiquería, etc. donde acabamos diciendo que es mejor a lo peor, perdiendo de vista, y por tanto de exigencia, lo que es natural, bueno, humano, y que desarrolla.
Porque en estos temas no aplica aquello de que “en la variedad está el gusto”, ni de que “el fin justifica los medios”, sino que en la profundidad está la respuesta; de que aceptar y tolerar, no es confundir; y de que si hay que respetar, implica a todos, también a las minorías respecto a las mayorías.
Ser padre, o hablar de paternidad, implica muchas cosas, que no sólo engendrar, y que por tanto requiere de tiempo, esfuerzo, dedicación, presencia, modelaje, voluntad, diálogo, y equilibrio con el ser madre y la maternidad, de manera que pueda surgir la armonía, el crecimiento natural en su propio medio, y la conexión con los dos polos necesarios para hacerlo.
Pero, hay algo más a lo que hoy me quiero referir. Jesús Silva Herzog en un artículo en la revista Nexos, hablando en su tema de economía, dice claramente una verdad: “Una banca que no presta, junto con un fisco que no recauda, no son los mejores elementos para apoyar el desarrollo económico del País”. Y me pregunto haciendo un parangón, si no es lo mismo en la familia: “Una paternidad que no presta su tiempo para amar, su experiencia para formar, su presencia para educar, su personalidad en el modelaje, su paciencia como adulto y comprensión para orientar , su pasión por la vida para contagiar, y sus errores para reconocer y crecer. Así como si no hay la exigencia para que el hijo responda, dé, coopere, contribuya, se integre, haga por la comunidad, y participe, entonces, no se darán los mejores elementos para lograr el desarrollo de la familia”.
Es dando y recibiendo solamente, como se pueden formar las comunidades, lo demás nos hace únicamente, sociedades mercantiles, de consumo, comerciales, de intereses variables, pero, no de desarrollo humano.
No es fácil. Ya Malraux decía “hacen falta sesenta años para hacer a un ser humano y después sólo sirve para morir”, olvidando que más allá de toda consideración acerca de lo verdadero y lo falso, como dice Carlos Fuentes, “se encuentra lo vivido”. Y es esto precisamente la paternidad, la nostalgia del eslabón humano que se transmite de generación en generación, dando lo mejor, lo más desarrollado, a través de alguien que ha vivido, que quiere continuar la especie de la mejor manera, y que se apasiona en hacerlo, logrando lo que dice Gabriela Martínez Corona, “la liberadora libertad de esclavizarse”, porque ser padre, al igual que ser madre, es esto, una decisión consciente de que nuestro tiempo, vida y esfuerzos va en ello, no como lo total y único, pero, sí como la decisión más existencialmente comprometedora en el uso de nuestra libertad para el gran proyecto: Los hijos.
JUAN IGNACIO CALVA MORALES.