martes, 2 de noviembre de 2010

Desayuno Diplomado 2010-Julio

Otoño que purifica

Cada estación tiene su sentido, cada momento su gracia. El otoño es la estación de la limpieza, de la purificación, el mejor ejemplo nos lo dan los árboles que tiran sus hojas, se quedan pelones para después en la primavera reverdecer.

Noviembre es un mes situado en el otoño y que además se caracteriza por que en su comienzo celebramos el día de los muertos. Muerte, desprendimiento, limpieza, pero con un sentido. Así como las hojas de los árboles se convierten a través de un proceso, en abono para la tierra de modo que sea ésta más fértil; del mismo modo la muerte, la pérdida tiene ese sentido, de fertilidad.

El paso de la muerte a la vida, es más difícil de asimilar que el del nacimiento. Nace un niño y todos nos alegramos, muere un anciano y lo lloramos. De cualquier forma sabemos que desde el nacimiento estamos destinados a la muerte, sin embargo es un difícil paso.

El año padado le tocó a la tía Martha, aún la recuerdo con su sonrisa, con su presencia cada vez que íbamos a Aguascalientes, con su dedicación y detalles con mis hijos, con su entusiasmo y anecdotario ante sus nietos, con la fuerza para vivir y luchar contra el cáncer preocupada por dejar a sus hijos integrados y felices, con las ganas de vivir y con la resignación forzosa a declinar.

También se fue la mamá de Viky, una gran señora que todos los que la conocieron hablan bien de ella, de su dedicación y entusiasmo ante la vida, de su fortaleza ante las adversidades y de la bondad en sus relaciones.

Y así tenemos todos experiencias de personas que nos dejan cada año, y cuando más grandes de edad somos, más conciencia tomamos de la levedad de nuestra existencia en el planeta.

Cuando los seres humanos tomamos conciencia de que nuestra estancia como inquilinos en este cuerpo mortal es pasajera, vamos entendiendo que el apego a los bienes materiales y la acumulación, carecen de sentido; y que quedarnos con viejos rencores y con experiencias que nos cobran caro por vivir en nuestra mente, sólo acarrea enfermedades mentales y emocionales que nos aprisionan. Entonces comienza junto con la conciencia, el DESAPEGO.

Apegarse y desapegarse es de sabios, es como abrazar y soltar, es disfrutar el momento y dejar atrás lo vivido llevando con nosotros sólo la experiencia; es decir, después de cada experiencia vivida tomamos conciencia de que ya pasó, decidimos que no nos la llevamos, que no queremos que se repita, que si mañana tenemos otra oportunidad igual vamos a vivir de nuevo la experiencia, que cada momento es único. Descubrimos así que la vida y la muerte, que la alegría y la tristeza, pasan, por tanto lo adecuado es disfrutar y vivir plenamente y en seguida soltar. Esto es fluir, esto es vivir con sentido, esto es estar en Dios, esto es vivir profundamente lo esencial y soltar lo superfluo.

Por eso este Otoño, este Noviembre, el día de muertos, nos puede servir para desprendernos, para dejar vacía nuestra mente cada noche, de manera que sea como la taza vacía para que al día siguiente se pueda llenar de vida, de experiencia y que la noche siguiente de nuevo la vaciemos para volverla a llenar, entonces nos vamos haciendo sabios y grandes, de lo contrario sólo nos iremos haciendo viejos.

Te invito a que te pongas en una postura cómoda, que relajes tu cuerpo, que pongas una música tranquila y que te traslades con tu imaginación a un bosque en Otoño, mira los árboles azotados por el viento y dejando caer sus hojas, cada día unas pocas, poco a poco se van quedando vacíos solos, tristes, desprendidos. Y en la película de tu imaginación ve poso a poco llegando al invierno sintiendo cómo se entierran las hojas y se van convirtiendo en abono. Y luego a la primavera, donde de nuevo se van llenando de hojas, va regresando el verde, va brotando la vida y cambia el ambiente.

Ahora mira tu vida y haz un símil, aprovecha este mes de noviembre para soltar, para desprenderte para dejar ir todo lo que ya viviste, suelta cada experiencia, cada relación, cada día para que en la mañana siguiente estés listo para llenarte con lo que la misma vida te brinda.

Deseo para ti y para mí esa sabiduría que nos permita soltar, desprendernos y fluir.

Con mi cariño.

José Luis

joseluis@dordesa.com

www.dordesa.com

lunes, 13 de septiembre de 2010

La educación vuelve a la familia

Queridos amigos y lectores de nuestra página. Un saludo cordial en estos tiempos de revisión, encuentro, queja, vituperación, esperanza o aplauso a nuestra mexicanidad y su proceso por los años. ¡Todo es tan subjetivo! ¡Todo es tan aparentemente democrático! ¡Todo parece tan libre! ¡Y todos tan lejanos de un consenso, trabajo, gusto y responsabilidad nacional!

Yo quiero, sin embargo, retomar un tema que acaba de hablarse en los medios ahora, cuando a nivel internacional se han comparado los medidores y estándares que se usan para todos los países en este campo de la educación, en búsqueda de las razones del porqué un País como el nuestro, que invierte tanto dinero en educación, se encuentra en niveles tan bajos, e insatisfactorios.

Y la respuesta no se ha dejado esperar: Somos un País que ha soltado la educación y la ha dejado como tarea del estado, en manos de nuestros políticos que cada año le cambian nombres, la barnizan, y la enarbolan como trofeo partidista. En manos de los que creemos que saben, mirándola sólo de lejos, sin intervenir mayormente, sin inmiscuirnos como responsables directos, yendo sólo y no como familia completa, a aplaudir en los festivales y presentaciones de fiestecitas y fin de año, pero, sin interesarnos verdaderamente en el proceso Educativo.




Y esto nos ha llevado a grandes abusos, a la baja en la exigencia disciplinar, en el estancamiento pedagógico de los docentes, en el desconocimiento de aquellos que pretenden educar a nuestros hijos, en una gran separación de la escuela y la familia, en exigir todo gratis, y defendernos cuando pensamos que se exigió de más al hijo, pero, no en unirnos, interesarnos, participar, conocer, apoyar, y lograr una calidad educativa que dé los resultados apetecidos.

Perdimos en un momento la brújula de la educación, y ante el embate de los tiempos modernos, pensamos que bastaba con “capacitar” y no “formar”, con que los hijos tomaran muchos curso y talleres, materias complementarias por la tarde, llenarlos de ocupaciones en sus tiempos libres, y que eso era darles educación de calidad, sin darnos cuenta que lo esencial, el saborear el conocimiento, el sentirlo, el encontrarle el gusto a la lectura y la investigación, el encuentro con la familia para platicar y profundizar lo aprendido, el hablar no sólo de la mente, sino del corazón, del espíritu, de lo que somos como humanos en totalidad, el aplicar los conocimientos de manera que se volvieran instrumentos para un servicio dentro o fuera de la familia, lo abandonamos…y hoy tocamos con mano el gran deterioro que hemos sufrido con nuestras nuevas generaciones.

Es muy fuerte el atractivo económico en una sociedad de capitalismo salvaje que obtiene lo que quiere y por los medios que sean, y muy débil el modelaje de entrega y servicio, de respeto, de entusiasmo por descubrir y crear, del ser constantes para lograr, de no tenerle miedo al esfuerzo y a la disciplina para llegar a metas y logros que nos retan y que nos hacen superarnos. Lo fácil, lo incongruente, lo pirata, lo copiado, lo robado, lo corrupto, parece más aplaudido que lo contrario, incluso en nuestros medios masivos de entretenimiento.

Pero, no tenemos que aflojar el paso, tenemos al contrario, que unirnos más la familia y la escuela para llevar a cabo juntos, la educación. Hoy ante esta respuesta más científica a nuestra queja y asombro por lo que nos acontece, debemos de dejar de “tirarle piedras a la botella en la barda”, como deporte nacional, al que ya debemos renunciar. No es culpa ni de Doña Esther, ni de los presidentes en turno, ni de nuestra mala suerte lo que nos pasa…somos nosotros, que al ceder algo tan importante como es la educación de nuestros hijos, en manos de los “salvadores de nuestro destino”, lo hemos provocado.

No estamos solos ni perdidos ante lo que nos pasa. Tenemos que darnos cuenta y empezar de nuevo, la educación es más cuestión de la familia, que de las instituciones. Más nuestra que del estado. Más de amor y de asumir, que de relegar. Más de presencia que de sustitución. ¡Hagamos la educación!

¡Así pues, un augurio de crecimiento para todos en estos tiempos de conciencia nacional!

Juan Ignacio

lunes, 6 de septiembre de 2010

Gratitud

¡Gracias a la vida, que me ha dado tanto! Reza el estribillo de la conocida canción. Muchos de nosotros cuando la escuchamos nos emocionamos y decimos, o pensamos: “qué cierta es esa letra, la vida me ha dado tanto…”

Y es que si estamos despiertos y atentos a la vida, no nos queda más remedio que agradecer. Y agradecer a Dios, cualquiera que sea nuestra idea de él, y al universo, y a los demás y a nosotros mismos.

Las mejores cosas son gratis, piensa en un amanecer, en la puesta del sol, en las manos de un niño de ocho meses queriendo tocar todo, en la mirada de una mujer, en la ternura de un abuelo que se le cae la baba al cargar a su nieta, en la sonrisa que nos anima en… todo eso y mucho más no cuesta dinero, por lo tanto no se puede comprar ni vender, se regala, se dona, se expresa en forma gratuita.

Es por eso que la gratitud, la actitud de estar constantemente agradeciendo es natural en las personas que están atentas a la abundancia y que hacen que los bienes fluyan y se repartan, entonces doy con una sonrisa, recibo con la humildad del que necesita, comparto porque me siento igual que el otro y agradezco en cada despertar el seguir vivo y cada noche al acostarme, reconozco todo lo que recibí, compartí y doné, sintiéndome parte de este gran universo.

Cuando termina un año, un curso, una sesión, un proyecto, un trabajo, una enfermedad, incluso cuando termina la vida en este planeta de un ser querido, es muy sano agradecer, reconocer y seguir nuestro camino con más energía e intensidad.

A veces, para entender algo es necesario ver su opuesto ¿Qué pensarías de una persona egocéntrica, que no crea que tiene que estar agradecido con alguien, que piense que es autosuficiente y que no necesita dar ni recibir? Yo creo que sería alguien que está fuera de la realidad, que se engaña y que no ve con claridad.

Tenemos que estar atentos, pues el victimismo con frecuencia se instala en nuestro cerebro, como un virus; y a cada rato aparece su señal diciéndonos, lo poco que tenemos, lo que nos falta, lo mal que está el mundo y que no podemos hacer nada, pues los que lo tienen que hacer no lo hacen con nosotros, por lo tanto nosotros tampoco. Al sentir que no recibo, no tengo nada que agradecer, al no agradecer me cierro y no recibo, precisamente para no tener que dar gracias o para no deberle nada a nadie. Este círculo vicioso nos mete en un callejón sin salida en el que nos sentimos cómodos aunque insatisfechos, por lo tanto la insatisfacción nos da derecho a quejarnos y la comodidad no nos permite avanzar.

Hoy te propongo que seas agradecido, yo por principio te agradezco que leas esto que estoy escribiendo, pues me hace sentirme importante el saber que alguien tan valioso como tú se digne leer mis escritos frutos de mi reflexión. A la vez le agradezco a Dios, a ese poder superior, le llames como le llames, por darme las facultades y capacidades para hacer lo que hago, le agradezco al universo, por todo lo que me da a cada instante. Les agradezco a los miembros de mi cuerpo, desde mis dedos que están tecleando en la computadora, hasta mi cerebro que no deja de producir ideas, mis pies que hoy me trasladaron, el corazón que no ha dejado de latir desde el día de mi nacimiento, los pulmones que mandan oxigeno y ventilan todo mi ser para dejarlo limpio, y así cada miembro de mi cuerpo que me da tanto todos los días.

Y le agradezco a quien diseñó las maquinas que uso, a todas las personas que participan en los cursos, talleres, conferencias, pues me dan la posibilidad de expresarme de manera creativa, a mis maestros que me compartieron con su vida su sabiduría, a la gente positiva que me anima, a la negativa que me hace pensar, a quienes me dan problemas pues me ayudan a resolverlos, a quienes son intolerantes pues me dan la posibilidad de ser yo más tolerante, a mi madre, mi padre, mi esposa, mis hijos, mis suegros, mi socio, mis amigos… podría nombrar y nombrar personas y situaciones que para mí son hoy significativas.

Te invito a que hoy, en este fin de año, te pongas en actitud de gratitud, para que logres reconciliarte con la vida y puedas cantar a todo pulmón:

¡GRACIAS A LA VIDA, QUE ME HA DADO TANTO!

Con mi cariño.

José Luis

joseluis@dordesa.com

www.dordesa.com


martes, 31 de agosto de 2010

martes, 10 de agosto de 2010

¿Eres lo que recuerdas?

Amigos lectores:

Últimamente hemos venido escuchando algunas frases que quieren de alguna manera definirnos, y que tratan de ser una síntesis de cada una de las partes que nos constituyen, de lo que tienen o requieren:
  • ¡Eres lo que comes! (Refiriéndose a nuestra parte corpórea, su nutrición, y por tanto la disciplina necesaria, los buenos hábitos al respecto, etc.)
  • ¡Eres lo que piensas! (Refiriéndose a nuestra parte mental, dado que de ahí se originan los sentimientos, y pasan a las acciones.)
  • ¡Eres lo que recuerdas! (Refiriéndose a nuestra parte emocional, la vida que hemos vivido, y en qué la hemos gastado o desgastado, nuestra historia.)
  • ¡Eres lo que respiras! (Refiriéndose a nuestra parte Espiritual, nuestra esencia, lo que nos mantiene en vida, y la importancia de saber hacerlo.)
Podríamos hablar mucho de cada una de estas afirmaciones. Hoy sin embargo quiero referirme sólo a la tercera afirmación, por su importancia y por las fechas del centenario y bicentenario que se aproximan, y que nos llevan al despertar de esta parte que nos integra.

Y cuando la frase popular nos dice que “La Historia es la maestra de la vida”, pone en el justo medio, lo que el recuerdo en nosotros pretende, porque no se trata de quedarnos dormidos en su lecho, sino de aprender de esa historia, de tener ese recuerdo para no cometer nuevamente los errores que nos han llevado a la situación actual, sino de por un lado asumir nuestro poder de hacer y vivir, alimentar nuestra autoestima y autoafirmación, y por otro, el aprender de ese pasado, y alentar los proyectos actuales que forman nuestro presente y futuro.

¿Y qué pasa con el que no ha vivido, o con el que niega su historia y su pasado, y hasta su imagen tiene que cambiarla para no ser reconocido, como ha sucedido con criminales nazis, y con actuales malosos metidos en fraudes, o en negocios sucios sea de droga, sea de crimen, sea de mal para la sociedad? Una historia que se vuelve acusadora, antes de su final, y que por esto mismo podría ser un llamado al cambio posible aún, y al arrepentimiento de una vida sin sentido.

Pablo Neruda pudo escribir sus memorias titulándolas: “Confieso que he vivido”. Hermoso título de quien ha gastado y desgastado su vida, porque para eso nos fue dada, y que sin ocultar los errores y extravíos humanos, saca a la luz el esfuerzo, la valentía, y la lucha por no deshumanizarse sino de lograr un crecimiento personal y social, y de dejar un aporte aunque sea pequeño al grupo humano del que forma parte.

Y existen también personas con esta forma de demencia o afección cerebral progresiva y degenerativa que afecta la memoria, el pensamiento y la conducta, llamada Alzheimer, y que altera el lenguaje o la toma de decisiones, el juicio, la atención u otras áreas de la función mental y de la personalidad. ¡Esto sabemos que es una enfermedad y que hay una lucha mundial para tratarla!

Pero, nos preguntamos si no hay también esta afección a nivel social, pueblos a los que se les ha alterado su historia, o se les ha narrado mentirosa o engañosamente, por decisión de grupos, partidos, por conveniencias de los vencedores, o por quien quiere lucirse en su momento de poder, con un grave deterioro para la conciencia social, para su memoria histórica, y por tanto para su actuar presente, condenándolo en sus decisiones, juicios, atención, y personalidad social, a repetir y a dudar.

Y nuestro México parece un país proclive a esa afección: ¿Qué hay de nuestros héroes y nuestra historia contada, si últimamente los investigadores han encontrado verdades ocultas, negadas, o contradictorias a lo sabido?

¿Qué se pretende si incluso últimamente a nivel nacional, se han querido negar crímenes políticos, distorsionar verdades de casos como Paulette, la Paca, e inventar ridículos como el “CHupacabras”, silenciar secuestros y desapariciones, crímenes nunca aclarados como los de Acteal, inventar Fobaproas para ocultar graves desfalcos y contubernios nacionales, y promover grupos armados por partidos políticos, y todo esto apostando a la poca memoria de nuestro pueblo, a su poca atención, y escasa toma de decisiones?

¡Es hora de exigir y entrenar “nuestra memoria histórica”! Si al menos eso sacáramos del centenario y bicentenario, la verdadera historia de nuestro País, y las ganas de vivir en la verdad, para ser verdaderamente libres, será un logro grandioso, profundo, que nos devolverá la posibilidad de engrandecernos, de confiar en nosotros mismos, y de vivir de una manera mejor. Nuestros pueblos precolombinos, estuvieron llenos de grandes astrónomos, poetas, matemáticos, científicos en muchos campos, grandes hombres y mujeres que nos llenan de orgullo y que no debemos nunca olvidar. Y en nuestro mestizaje y crecimiento nacional seguimos teniendo mujeres y hombres de una altura mundial, que debemos recordar y reconocer para ejemplo de todos. Y en nuestras épocas modernas igualmente, más allá de lo negativo, y de la noticia amarillenta y atractiva que nos presentan a diario, hay cosas maravillosas que debemos saber, para alentar nuestras vidas, para querer también contribuir y para tener memoria histórica, esa que tanta falta nos hace.

Hoy y desde aquí amigos lectores, luchemos por la “buena memoria” en nuestro País, por saber la verdad, y caminar en la verdad, y por exigir que nos traten como adultos, capaces de comprender, de juzgar, de aprender del pasado, de vivir el presente, y de lanzarnos con fuerza a un futuro mejor, más humano, y responsable, donde no haya el engaño, lo mordaz, y el tratar de hacernos olvidar todo, para que logren perpetrarse los grupos de poder.

Con cariño

Juan Ignacio.

miércoles, 7 de julio de 2010

LOS GRANDES ENEMIGOS DEL DESARROLLO

Cuando comenzamos con entusiasmo una actividad, generalmente tenemos motivos para estar contentos al realizarla y nos apasionamos por lograr nuestros objetivos. Pasados los primeros momentos, suelen aparecer elementos que distraen o que contraponen lo que queremos lograr, es por ello que comenzar proyectos suele ser más fácil que terminarlos.

Muchas personas no terminan un curso, una carrera o un proyecto que inician, en las universidades hay muchas personas que terminan los estudios y no se titulan, o que comienzan la carrera y les faltan unas cuantas materias que nunca terminan.

No digamos de los planes que tenemos a nivel familiar o con los amigos, que muchas veces dejamos pendiente una reunión, un encuentro o una salida con los hijos a un campamento o una simple excursión que un día dijimos que queríamos realizar, y se nos queda en la intención, en el deseo pero no llega a realizarse.

Nos preguntamos si así es toda la gente, o si es por culturas o por costumbre. Yo creo que hay dos grandes enemigos del desarrollo, o sea de que las cosas se hagan, de que lleguemos hasta el final, de que coronemos lo que iniciamos con entusiasmo.
El más importante está dentro de nosotros mismos y se llama PENSAMIENTO.
El segundo está a nuestro alrededor y se llama ambiente.

Vamos a desarrollarlos para que, conociendo al enemigo, sepamos que estrategias utilizar para que nosotros ganemos la batalla y que a nuestros enemigos los convirtamos en aliados para nuestra felicidad.

La INTELIGENCIA RACIONAL, que es uno de los elementos más desarrollados por el humano, y que logra todo lo que se propone a través del pensamiento creativo, el juicio, la resolución de problemas, la toma de decisiones, etc. ; tiene al PENSAMIENTO, como herramienta básica. El cerebro humano está pensando constantemente, no para ni de día ni de noche. Este pensamiento nos ayuda a decidir si compramos una cosa u otra, nos enseña a calcular el tiempo que dedicamos a cada actividad, nos permite manejar aparatos complicados, etc.

Este maravilloso PENSAMIENTO, se hace nuestro más sutil enemigo en el momento en que él nos dirige y nos controla en lugar de que sea al revés, que nosotros lo utilicemos. Para que nosotros seamos los dueños tenemos que saber cómo funciona y ejercitar constantemente a través de la conciencia el DARNOS CUENTA, de lo que estamos pensando.

Algunos elementos prácticos para adueñarnos de nuestros pensamientos:
Hacer durante el día varias pausas en las cuales dediquemos espacios entre 5 y 10 minutos a estar con nosotros mismos, estas pausas pueden ser durante el trabajo, el estudio o cualquier actividad. Así como vamos al baño, o tenemos descansos o recreos.
Durante estas pausas cerramos los ojos de ser posible y vamos detectando los pensamientos que atraviesan nuestra mente y los nombramos. Por ejemplo, ahora me estoy acordando del jugo que voy a comprar, ahora pensé en María, ahora me acuerdo de mi madre, ahora estoy planeando mi tarde, ahora… y vamos describiendo cada pensamiento.
Después de darme cuenta de los pensamientos, me digo a mí mismo que cada pensamiento lo produzco yo, que es mío, que ni siguiera es una verdad universal, sino un simple pensamiento que yo he decidido tener. Por tanto me siento dueño de mis pensamientos.
Sigo mi vida normal con el propósito de que durante el día aparte de hacer pausas para este ejercicio, también en la actividad cotidiana puedo darme cuenta de mis pensamientos.
Me agradezco a mí mismo darme el tiempo para DARME CUENTA.

Haciendo este ejercicio con frecuencia voy a descubrir la cantidad de pensamientos que tengo que no son favorables, que son destructivos o nocivos principalmente para mí, que invierto mucho tiempo en devaluarme, en negar lo que puedo hacer, en empeñarme en resolver asuntos que no tienen solución. Por ejemplo me puedo dar cuenta de que ante una pérdida lo que corresponde es vivir el duelo y no estar pensando todo el día en el porqué me sucedió esto.

El segundo gran enemigo del desarrollo es el AMBIENTE. Desde el macro ambiente mundial que nos invade en forma de sociedad de consumo, de guerras, luchas, violencia y todo lo que conocemos como propuesta de una sociedad basada en el PODER, TENER Y GOZAR, en lugar de centrarse en el SER. Hasta el micro ambiente familiar donde con frecuencia estos mismos parámetros de dominio se imponen ante los del AMOR.

De los ambientes externos o lejanos no somos responsables, pero sí de los cercanos, cada uno de nosotros tiene influencia sobre muchas personas, y ahí es donde tenemos que utilizar esa influencia para crear ambientes positivos, por ejemplo:
En la familia el padre y la madre son dueños de crear un ambiente sereno, de paz, de armonía y participación. Desde tener la casa limpia, ordenada, y equilibrada, hasta crear actividades de juego, encuentro, cercanía y comunicación.
En los salones de clase y las oficinas, talleres, bodegas o cualquiera que sea el ambiente laboral. Por un lado los líderes tienen la responsabilidad de crear ambientes saludables en lo físico, lo emocional y lo relacional. Por otro lado cada estudiante, cada trabajador tiene también que poner su granito de arena.
En las iglesias, clubes, centros, grupos, etc. Los que organizan o tienen autoridad moral sobre los demás son los primeros responsables del ambiente. Además cada miembro, cada participante, cada persona tiene la responsabilidad de participar activamente para que ahí se desarrollen las personas.

De que los líderes y los demás participantes pongan lo mejor de ellos mismos, depende que un ambiente sea constructivo o que frene el desarrollo.

Una última palabra sobre LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, sobre todo los noticieros, tenemos que ser muy cuidadosos y no llenarnos la cabeza con lo que nos dicen, pues hacen fuerza en las partes terribles y destructivas del planeta y repiten las noticias de muertes, violencia, y negatividad muchas veces al día, sin embargo hay grandes y buenas noticias cada día que no se difunden.

Termino diciendo que lo negativo hay que tenerlo en cuenta, pero no hay que CONTEMPLARLO, con esto quiero decir que tenemos que saber lo que pasa, pero no dedicar mucho tiempo a hablarlo una y otra vez. Mejor hablemos de lo que nos nutre.



Con mi cariño de siempre:

José Luis

joseluis@dordesa.com

jueves, 3 de junio de 2010

RETIRO 2010: “LA SABIDURÍA EXISTENCIAL”


Amig@s les enviamos un saludo cordial esperando estén gozando de armonía en sus personas y a su alrededor.
Les enviamos la información del RETIRO 2010 esperando nos acompañen y pasen la voz a los que saben están interesados, así como a las personas que quieran disfrutar de esta gran experiencia.

¡VEAN BIEN LOS COSTOS, SI SE INSCRIBEN ANTES DEL 15 DE JUNIO ES MÁS BARATO!

Con nuestro cariño:
Juan Ignacio y José Luis


RETIRO 2010: “LA SABIDURÍA EXISTENCIAL”


  • Un RETIRO, es un encuentro contigo mismo, con los demás y con Dios.
  • Es alejarte de lo cotidiano para encontrarte, hacer un alto en tu vida para verla mejor, compartir con otros en circunstancias similares a las tuyas para enriquecerte y enriquecerlos, conectarte con Dios, cualquiera que sea tu idea de Él.
  • Un retiro Espiritual es diferente de un retiro religioso. En un retiro Espiritual se busca la profundidad, el contacto y el intercambio de experiencias y se respetan las creencias religiosas de cada participante.
  • En estos tiempos en que la CRISIS, la INSEGURIDAD, y la ANGUSTIA, parecen estar en el ambiente cotidiano; la experiencia de un RETIRO, te da la oportunidad de concentrar tu energía en la CREATIVIDAD, la OPORTUNIDAD y la SALUD EN TODO TU SER.

Dirigido a:

  • Ti que tienes ganas de desarrollarte.
  • Que quieres un tiempo para ti en medio de la naturaleza.
  • Que deseas compartir con otros seres humanos que buscan profundidad y sentido en sus vidas.
  • Que definitivamente estás interesado en VIVIR MEJOR.

Detalles:

  • TEMA CENTRAL 2010: LA SABIDURÍA EXISTENCIAL, ser felices, encontrando significado, desarrollando solidaridad.
  • LUGAR Y FECHA: Centro de Superación Personal Quo Vadis. 23, 24 y 25 de Julio del 2010. http://www.centroquovadis.com.mx
  • INVITADOS: Cualquier persona mayor de edad, puede ir sola, en pareja o en grupo de amigos.
  • INVERSIÓN: $ 2,500.00 + iva por persona en habitación doble (si alguien prefiere sencilla son $ 200.00 extras) Incluye hospedaje, comidas, materiales y retiro. Promoción especial $ 2,250.00 + iva por persona, pagando el total antes del 15 de Junio.
  • INSCRIPCIONES: (442)1560415 (442)1561037 juanignacio@dordesa.com joseluis@dordesa.com
  • DEPOSITAR al menos la mitad antes del 15 de Junio a la cuenta de Bancomer 0448319588 a nombre de José Luis Gómez Campos y avisar del depósito por mail o teléfono.
  • COORDINADORES: Juan Ignacio Calva Morales y José Luis Gómez Campos

Es la oportunidad que esperabas




De Dordesa Blog

martes, 1 de junio de 2010

Ser mamás en el juego de la vida

Hoy, envueltos en la atmósfera del fútbol mundial, vale la pena que reflexionemos sobre una gran metáfora de la vida de nuestras familias: ¿Qué puesto jugamos en el campo o qué jugaremos si ya nadie quiere ser portero, y sólo hay delanteros que quieren ser vistos, y aplaudidos? ¿Creeremos en serio que sólo se trata de buscar meter goles, y no defender la propia portería? ¿Acaso hoy no se preparan los jugadores en varios puestos, para suplir en caso necesario?


Todos hoy sabemos, que si un equipo gana, no se debe sólo a sus delanteros, sino a todo el equipo, porque cada uno cumple una función muy importante, aunque a la hora de los aplausos y premios, aparezcan más los delanteros estrella, haciendo poco caso no sólo de los demás jugadores, sino del entrenador, técnicos y acompañantes, individualizándose, un juego que es eminentemente de equipo. ¡Aunque cuando se pierde, es otra cosa y se reparten culpas!


En nuestra vida diaria hay algunas frases y apotegmas que nos hablan de esto, y que hacen ver que siempre ha existido esta especie de injusticia, aunque, se reconozcan tardíamente los valores, esfuerzos y logros, de gente que está atrás de bambalinas, pero, que gracias a ella, se logran las cosas. Por ejemplo aquello de: ¡Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer! ¡Los papás forjan, las mamás educan! ¡Podrá haber pan en la casa, pero, no hogar sin mujer! Etc.


Y esto es una verdad cuando vemos que incluso en las empresas, junto al dueño, o al gerente general, hay un subgerente, o un subdirector o una secretaria, o un personal, que calladamente, sin aparecer, hace las cosas y el trabajo pesado, del que puede levantarse el cuello el jefe, y ese subalterno, no visto ni reconocido, es el que lleva a cabo el funcionamiento de la empresa. Y esto pasa hasta en las órdenes religiosas, donde muchas veces el fundador es el conocido, el santo, pero, el subdirector o el segundo de abordo, que nunca apareció, es el que en realidad hizo todo para que hubiera continuidad y afianzamiento de ese grupo. Y ¿Qué nos pasaría en los ejércitos si todos quisieran ser generales, y no hubiera soldados? ¿Qué nos está pasando en las familias donde todos queremos estar fuera, trabajar, lucirnos, tener nuestro dinero, no depender, y que nos aplaudan en la empresa, aunque nos metan gol en nuestra casa?


En un grupo de fútbol, todos son importantes, porque el que parece menos, sin él, se puede perder el partido, veámoslo cuando por faltas tienen que sacar a un jugador dejando incompleto el cuadro. Todos los puestos son importantes, aunque tal vez no tan lucidores como otros, pero, son necesarios. ¿Qué pasa si hay buenos delanteros, pero, no hay portero? ¿Qué está pasando en nuestras familias, si no hay quien pare los goles que nos tira una sociedad del consumo, adictiva, sin valores, con fuertes problemas de inseguridad, y sin alguien que marque la disciplina?


¡Tenemos años, en este juego de nuestras familias! Ciertamente no teníamos muy buenos delanteros, no había tanta especialización como ahora, pero, se jugaba bien, y lo más importante, lo que nos hacía competitivos, es que había portero: “Y colocaba su vaya en los penaltis, y gritaba alertando a los jugadores, y veía las jugadas desde su portería, y daba indicaciones. Difícilmente nos metían goles”. Y ahí tenemos a infinidad de jugadores salidos de equipos donde la mamá portero fue la que formaba, exigía, comprometía, y nos amaba. Muchas familias no completas, pero, sí funcionales. ¡Poco dinero había, pero, existía vigilancia, exigencia, comunicación y encuentro, eso que se resumía en amor, y que ahora hemos tergiversado tanto!


Hoy no tenemos porteros, hoy todos quieren ser delanteros, hoy nos estamos quedando sin nadie abajo que asegure las jugadas, grite, llame, exija…y resentimos ya las goleadas: ¡Cuántos miles de jóvenes drogadictos, el alcoholismo femenino galopante, la baja calidad educativa, los medios de comunicación, internet y correo electrónico, sin mayor vigilancia! Pero, eso sí, los dos papás en la delantera, exitosos, aplaudidos, reconocidos, con amigas y amigos que exigen tiempo, y con anhelos de más, aunque se descuide la presencia, la asistencia, y la cercanía con los hijos.


Sí, no se trata de machismos, del sometimiento de la mujer, de injusticias, sino de inteligencias que se unen para poder organizarse y lograr todo. De cambiar en algunos momentos los rolles, para reforzar las necesidades del otro, de tener tiempos para los dos, de comunicarse para que los tiros libres no sean tan perjudiciales en nuestros hijos. Y de no tenerle miedo a ese roll, a ese puesto, que aunque parece poco reconocido, es de mayor importancia. Hoy, en la competencia mundial de las familias, requerimos y exigimos, como en el fútbol, cuadros completos, jugadores que se casen para hacer equipo, que se casen sabiendo que hay rolles, que uno es papá y el otro es mamá, hombre y mujer que se apoyan, los dos metidos en las labores de casa, que tener hijos es comprometerse con ellos, y que hay que dejar mucho del ego y el aplauso, de las reuniones de cuates y saliditas sin necesidad, para meterse a la realidad que exigen nuestras familias mexicanas hoy, donde estamos perdiendo en muchos campos ya, y por muchos goles. ¿No le parece a usted?


Con mucho cariño.

Juan Ignacio.

lunes, 12 de abril de 2010


Hace algunos años hablar de liderazgo significaba mover masas, hablar bonito, convencer o vencer a los otros, tener un mejor discurso… el entrenamiento para los líderes consistía en una serie de herramientas para persuadir y lograr que los demás hicieran lo que el líder quería. Esto trajo consecuencias de todo tipo, si el líder era honesto y bien formado, lo que lograba era que los demás siguieran un camino aparentemente bueno, si era destructivo y violento, lograba una buena banda delincuentes, si era un político corrupto sus seguidores podían agarrar un hueso, si era un religioso fanático podía hasta lograr un suicidio colectivo para llegar juntos tras la cola del cometa al cielo.


Hoy cuando hablamos de liderazgo comenzamos hablando del interior, de la persona formada y consciente, de procesos de trabajo interno profundo y significativo que hacen que los demás quieran estar cerca del líder porque les transmite vida, energía, ganas de construir lo positivo, fuerza para que el mundo sea mejor, pero siempre partiendo del cambio interior, un líder siempre está en trabajo consigo mismo para hacerse consciente.

El líder convencido de lo que vive, de lo que hace y no sólo de lo que dice, atrae, es como un imán, logra que otros quieran seguir sus pasos por la vía de la libertad, no de la imposición. Y ahí tenemos un Gandhi, una Madre Teresa, personas que físicamente se veían insignificantes, que ni siquiera hacían grandes discursos, pero con un trabajo interior tan fuerte y profundo que no sólo tuvieron seguidores mientras sus cuerpos estaban vivos, sino que trascendieron para la eternidad.

Tú y yo somos líderes. Por naturaleza el ser humano está diseñado para influir, para trascender, para luchar por lo mejor, para ser agentes de cambio a su alrededor. Por tanto si estamos diseñados para ser líderes, más vale que nos entrenemos para hacerlo bien.

Yo soy padre de tres hijos y si no me educo y me preparo para ser un buen padre, seré un líder mediocre, no inspiraré, no lograré que mis hijos amen la vida. Trabajo con grupos de personas en capacitación y formación, pero si no me preparo y lo hago bien, seré un mediocre empleado que cuando se anuncie todos querrán ir a otro lado. Vivo con una pareja, pero si no soy buen líder, mi pareja preferirá estar en cualquier otro lado o con cualquier otra persona que conmigo. Tú, seas alumno o maestro, ingeniero o empleado, obrero o gerente, si no te preparas para ser el líder que en tu interior eres, darás la peor imagen de ti y nadie querrá que te le acerques.

¿Y cómo se entrena el liderazgo? Partimos de que el líder se apoya en la autoridad. No el la fuerza o el poder, sino en la autoridad que se gana. Y se gana a base de servicio, de entrega, de sacrificio por los demás; al servir a los otros, al trabajar con gusto mano a mano y corazón a corazón, al compartir tus conocimientos y experiencias con los que conviven contigo en la familia, el trabajo o la colonia, ahí te ganas la autoridad. Claro que no se puede servir si no es por amor. Me levanto a las cuatro de la mañana porque llora mi hijo, lo hago porque lo amo, le explico por quinta vez a mi compañero algo que no entiende del funcionamiento de una máquina, sólo por amor, me entrego a mi pareja sólo por amor, cedo en una discusión, sólo por amor, en conclusión sirvo por amor. Y el amor se apoya en la voluntad, ama el que decide amar; amar no es sentir por el otro, es hacer por el otro, el amor se convierte en acción y para eso se requiere de la voluntad y la disciplina.

Ahí tenemos el esquema del nuevo líder con autoridad, ganada por el servicio, realizado por amor que comienza con la voluntad y la disciplina, por tanto un líder se educa en la disciplina, pero no en esa disciplina de internado o de cuartel donde se tiene que hacer por miedo, sino en la disciplina que parte de la conciencia, por tanto me disciplino al comer porque sé que como para nutrirme y gozar, y no sólo para satisfacer deseos. Me disciplino en los horarios, porque descubro que el tiempo de los otros también es importante. Me disciplino en los hábitos, porque descubro la bondad de cada acción para que mi cuerpo, mi mente, mi corazón y mi espíritu estén listos para expresar mi ser. Me disciplino en mi trabajo porque descubro las bondades económicas, de realización y productivas del mismo. Me disciplino por convencimiento, por conciencia y no por la fuerza o por miedo al infierno.

El liderazgo tiene su proyección hacia el exterior, este líder que es profundo proyecta una visión convincente en los demás que viven o trabajan a su lado, por lo tanto también desarrolla habilidades sociales, de comunicación, herramientas para solucionar problemas, para intervenir positivamente en los conflictos, desarrolla constantemente estrategias y métodos nuevos y creativos para lograr metas y objetivos. Todo esto siempre desde la conciencia, por eso el verdadero líder no pierde el piso, no se marea cuando se sube a un ladrillo y nunca se cree más que los demás sino su servidor.

Ya que estamos llamados a ser líderes, te invito a que nos entrenemos bien, constantemente, cada día y nuestra sensación cada noche al llegar a nuestra cama será de placer por haber colaborado con un mundo mejor.






Con mi cariño.


José Luis

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lunes, 29 de marzo de 2010

Lo santo de una semana

Lectoras y lectores amigos:

Estando en vísperas de la llamada SEMANA SANTA o SEMANA MAYOR, viene a nuestra mente el preguntarnos sobre el “nombre” o “el porqué” del título que le damos a las cosas, eventos, sucesos, o tradiciones, para poder no sólo seguirlas, hacerlas, o continuarlas, sino buscar la forma de vivirlas, de darles su significado, o de cargarlas del contenido que merecen al saber porqué surgieron, satisfaciendo así un requerimiento natural de nuestras mentes humanas que funcionan siempre buscando el sentido, el porqué o para qué de lo que hacemos, y porque sólo sabiéndolo, podremos tener la libertad de aceptarlas o rechazarlas, como algo que nos nutra o como una simple creencia más que habrá que abandonarla o renovarla.

Me ha pasado más de una vez, que inquiriendo el significado, o el porqué de algo, obtengo una respuesta tan simple, que me cuestiona el porqué no lo había captado con mi lógica, yo mismo, o porqué me parecía algo incuestionable o muy distinto a mi cultura, y que sin embargo es lo más común o lo más humano, y que sabiéndolo lo entiendo y me río de mi búsqueda rebuscada. Así me pasó por ejemplo cuando llegando una vez al Uruguay, a su capital “Monte Video”, pregunté sobre el origen del nombre, y la respuesta fue que por el descubrimiento portugués del lugar, un marino que gritó “Monte video” que en español sería: “Video un monte” (Veo un monte) y que entonces se le quedó así, se le bautizó así con esas primeras palabras…simple y sencillamente por esto…

Pues, bien, la semana santa, no porque las demás no lo sean, sino para distinguirla de las demás semanas, por eso también el nombre de Mayor, para distinguirla de aquellas en que no se conmemora algo grande o por lo menos del tamaño de este acontecimiento: “La pasión y muerte de Jesucristo El Señor”, y por consiguiente los días en que por este recuerdo luctuoso, se nos invita a guardar recogimiento, meditación, oración, y cambio, los días en que se nos invita a meter orden en nuestras vidas, en la que se conmueve todo creyente ante el amor tan grande de Dios para nosotros.

Hasta ahí podría ser la respuesta religiosa, del porqué la llamamos así en nuestra cultura occidental y de tradición Cristiana, y que como toda festividad, va cargando con una serie de tradiciones, costumbres y folklor que acompaña siempre a estas celebraciones humanas, como son: Los tradicionales puestos de venta de todo tipo de alimentos, objetos religiosos, la antigua quema de los judas el sábado santo, el mojar a la gente ese mismo sábado que llamaban de –gloria- como signo de purificación y de preparación a la noche más grande que es la noche de Pascua o Resurrección, el desfile de la marcha del silencio en viernes santo con personas vestidas de penitentes, el famoso ya vía crucis del viernes santo el algunas ciudades, la bendición y venta del pan bendito, la venta y bendición de las palmas el domingo de ramos, y en fin, una serie de tradiciones lugareñas que sobre cargan el contenido verdadero, y desvían la atención de lo esencial, distrayendo más que concentrando la atención de los creyentes en el conocimiento, meditación y enamoramiento del Jesús histórico, que se hizo uno de nosotros, en todo, menos en el pecado, que se quedó en forma de alimento proclamando que nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos, que siendo coherente con su vida y enseñanza aceptó la muerte, enseñándonos a vencer al mal con el bien, y a tener paciencia porque ese bien triunfará sobre el mal aunque no inmediatamente, y que por eso la fiesta más importante es la RESURRECCIÓN, que se prolonga hasta Pentecostés, la fiesta del Espíritu, enseñándonos así, a ver más en el interior que sólo en las apariencias.

Esa esencia que se vuelve fuerte porque cuestiona su misma vida, a quien acepta y cree: ¿Sé comportarme como amigo, tengo verdaderos amigos, hoy que la ciencia nos advierte que mucho de la felicidad humana está en esta capacidad de abrirnos a los demás, y de construir encuentros verdaderos? ¿Doy mi vida por otros, gasto y desgasto mi vida por causas humanas que valen la pena, o la cuido tanto, y es tan light, que no vivo para servir y por tanto no sirvo para vivir? ¿Sé comulgar con los otros, con la naturaleza, con un proyecto de vida, que me hace sentarme a la mesa humana a compartir mi pan, y tomar del de los demás, o soy espinosito, egoísta, cerrado, difícil, racista, criticón, incapaz de participar en la última cena con EL Señor? ¿Abrazo, o sea, acepto plenamente la cruz, mi ser humano, con todas sus consecuencias, y la humanidad de los demás, con sus flaquezas y gorduras, los acontecimientos críticos que nos acompañan, hasta mi misma muerte, y quiero que sea para bien y construcción del Reino de Dios? ¿Creo en La Resurrección, y por eso, no me achicopalo ante las adversidades, ante esta lucha contra el mal, aunque parezca que va ganando, que es inútil, que mejor hay que aliarse al sistema corrupto, y aprender a vivir en la mediocridad y el utilitarismo? ¿Creo que hay algo más que las apariencias del cuerpo, el dinero, el poder, los honores, la rapiña, y el apantalle, y que debemos luchar por lo esencial, lo humano verdadero, el Espíritu, y los valores que nos constituyen como humanidad? ¿Creo en la alegría y en la Esperanza, porque sé que Él nos prometió estar con nosotros empujando esta carreta, hasta el final de los siglos, o sólo creo ya en el destino, la madre tierra, la evolución y reencarnaciones, el sincrodestino mental y casual, sin ninguna voluntad salvífica, ni un Dios Padre amoroso que nos convoca como hermanos y pone en nuestras manos la realización de una humanidad mejor?

Porque de esto se trata la semana santa o mayor, de hacernos cada vez más profundos y de ir contestándonos las preguntas existenciales que nos cuestionan como humanos. Hoy que tenemos el reto en Europa de una laicización que les va haciendo perder el sentido de la vida, y cuya oleada nos va llegando, y nuestro propio reto en América Latina de pasar de una “mera religiosidad” a un “Cristianismo profundo y espiritual”. Y porque sabemos que por más que nos queramos distraer y no responder, vemos a nuestro alrededor que todos tenemos un límite, que nuestra vida tiene un final, y que hay que responder de lo que vivimos, porque ese tránsito también es para nosotros y quién sabe qué tan cerca lo tengamos ya. No es una realidad para el miedo, sino para avivar nuestra voluntad y entusiasmo por algo mejor, lo merecemos, somos hijos no esclavos, somos invitados a la “fiesta de la vida” y tenemos que vestirnos con el traje de la “participación y conciencia”, que es el traje de la fiesta.

¡POR ESTO Y A TODOS, FELIZ SEMANA SANTA O SEMANA MAYOR!

Juan Ignacio

lunes, 1 de marzo de 2010

El arte del buen vivir

Amigas y amigos:

Mucho gusto en saludarlos y leernos en estos modernos medios, que ya nos van dando la vuelta sin que nos demos cuenta…y lo digo porque ahora ya son ellos los que nos leen a nosotros, y nuestra lectura pasa a otros aparatos que registran si somos buenos o no, dignos de entrar en tal país, tal edificio, tal departamento de estado, o no, y entonces nos juzgan y de ese juicio dependemos, aún si están equivocados los datos que nos han leído, para poder ser aceptados o no…

Y eso se va volviendo muy interesante, pues, ahora el juego de muchos está en poder crear lecturas equivocadas en dichos aparatos de los que dependemos, y poder pasar tramposamente, sin ser captados. El famoso juego de ladrones y policías moderno.

“Antiguamente se trataba de burlar a los guardias del palacio…ahora se trata de burlar el palacio de los guardias”, ese lugar donde los aparatos hacen todo o casi todo, y mandan información a tal velocidad, y a tantas partes, que de inmediato los datos capturados, o sea, nosotros hechos dígitos, símbolos, y signos, somos leídos por muchísimas máquinas alrededor del mundo.





Y no sólo pasa esto en los aereopuertos, no, hay colonias con receptores, calles con cámaras, y muchos lugares donde hemos ido dejando huellas de nosotros, documentos, firmas, fotos, y todo un legado donde podemos ser “leídos”. ¿Agradable no? Somos famosos, por lo menos no ignorados, desapercibidos, sino “alguien”… ¿Para quién? Para las máquinas, porque sólo que nos hagamos interesantes o sospechosos por un suceso, buscarán en los archivos y podrán saber de nosotros muchas cosas, apareceremos… sí, nosotros los que nos creíamos conocidos, estaremos sepultados en un cúmulo de archivos, peor y más intenso que la arena que nos cubra en la sepultura del cuerpo.


Entonces ¿No nos ha ayudado al “Buen Vivir”? No, porque ha sido creado todo eso, para detectar el “Mal vivir”. Y nuevamente nos topamos con que el buen vivir y su lectura, es algo tan personal, de interés y convencimiento tan propio, que a nadie que no seamos nosotros le interesa. ¿Usted vive bien, le interesa cuidarse, vivir y vivir bien? ¿Invierte usted tiempo en lograr vivir bien? ¿En poder leer la vida, leer la naturaleza, leer el día, leer al prójimo que escribe en su actuar y en su manifestarse, lo que nos quiere decir? ¿Y de esa lectura hace usted momentos fascinantes, que no puede dejar de leer, por lo entusiasmante que encuentra la vida? ¿Es para usted la novela más interesante?


Porque ahora el problema al que nos estamos acostumbrando es más bien, que nos fascina el “mal vivir”, lo que causa conmoción, lo que aterroriza, lo que no nos nutre, sino nos quita energía y vida, confianza, placer, y ganas de vivir bien…porque eso es lo que tenemos a diario, la presentación que nos hacen las máquinas, la lectura de la vida que nos presentan en máquinas, hiladas por alguien que se dice comunicador, pero, que en realidad sólo va hilando lo que captaron las máquinas, sin ninguna reflexión seria, profunda, o sea sin ninguna verdadera lectura de la vida, sino más bien presentación abrupta de una parte de la realidad captada.
Y nos vamos volviendo analfabetas de la vida, es más, nos va aterrorizando la vida, esa vida que vemos, que nos presentan, pero, que ni es toda la vida, ni tiene una lectura completa, sino que es arrojada sobre nosotros, y que entonces nos va haciendo daño, porque al no saber leer imágenes, ni mensajes, ni saber decodificar todo ese brutal archivo de datos que nos presentan, se nos atraganta, no podemos asimilarlo, nos hace daño, y se nos queda según la receptividad de cada quien, por mucho tiempo, sin que fluya.


De ahí, la necesidad de “vivir bien”, o sea, con poco, sin volvernos obesos psicológicos por tanta imagen sin digerir, tanta grasa en nuestras venas emocionales, tanta presentación sin poder leerla para asimilarla. Necesitamos hacer ejercicio de ver otras cosas, de no sentarnos ante las máquinas, de no ser receptores de máquinas, sino de personas, de buscar conversaciones profundas, diálogos. De reflexionar, que es como masticar para poder digerir y alimentarnos. De hacer lectura de nuestras realidades en comunidad, en familia, para encontrarles el significado, y vivir. De poder enfocar el pedacito de nuestra vida, en la vida total, y podernos situar así como humanos con una historia, formando una humanidad. De darle el significado que requieren los días, las personas, los acontecimientos, y poder así responder, hacernos responsables, dar respuesta a lo que nos provoca, llama, e interroga la vida.


Y hoy por hoy, es mi invitación amigos, a que vivamos bien, o sea, a que no nos volvamos obesos como los obesos físicos, que no pudieron escoger su alimento bueno, que comieron a gran velocidad, que se atragantaron por las prisas, sin poder digerir bien, y que formaron grasa en su cuerpo a base de no tener una cultura en el comer, ni una disciplina, ni oportunidades mejores.

Comieron alimento de máquinas, no de hogar…alimento comercial, no de casa. Tememos por la obesidad física, pero, la obesidad sicológica, emocional y espiritual es mayor, y hay millones en nuestro país, por lo que nos están sucediendo todas esas cosas terribles que hoy lamentamos. Porque igual nos pasa, que todo nos viene de máquinas, del comercio, de este capitalismo salvaje en el que estamos metidos, sin ninguna cultura de apagar aparatos, de platicar, de descifrar y saber leer la imagen, de masticar para nutrirnos.


Gracias amigos, y ojalá vuelvan a nosotros las ganas de vivir mejor, reflexionando sobre esto.


Con mi cariño: Juan Ignacio